"Y así llegaste tu devolviéndome la fe. Sin poemas y sin flores, con defectos, con errores pero en pie" |
No entendía demasiado de la vida, de hecho no entendía nada. Solo se miraba en un espejo intentando comprender en qué consistía su error. Cada kilo, cada caloría. Perdió todo lo que la había hecho feliz.
Extrañaba ese calorcito, ese amor. Esperaba al indicado.
“Alguien tiene que ceder” dice el refrán y así fue. Salió de su locura por un rato, busco diversión sin saber que ese día todo lo que conocía como vida comenzaría a cambiar.
-Es solo un beso- se le cruzo por la cabeza. Normal. Uno más a la corta lista.
Lo conoció, la amo como si fuera una muñeca de porcelana perfecta. “Perfecta” amaba esa palabra. Que placer le producía ser tan valorada. Tener tanto poder sobre la vulnerabilidad de un ser humano enamorado.
Lo perdió, nunca hiso nada demasiado bien.
La saco del infierno y nunca lo supo
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