Vivo con autocriticas, nunca acepto ni creo que acepte alguna vez lo que me toco ser y ante cualquier maltrato siento que se me cae el mundo a pedazos. Es desesperante, mi cara, mi estado de ánimo como si me aniquilara de adentro hacia afuera. Solo pienso, pienso y pienso mas y si viene alguien y me dice ¿Qué te pasa? Yo contesto: NADA porque no me pasa nada. Porque no hay en realidad una razón para mi malestar, no tengo razones en la vida para sentir que me desarmo. Y si ante cualquier hecho –malo o bueno- por grande o pequeño que sea me siento la peor persona existente en este mundo todo es fuente de un problema.
Ahora si llegue al punto en que muestro que las palabras me resbalan, en que la arrogancia ante cada comentario puede ser mi mejor amiga y el puto punto en que necesitaría llorar baldes de agua para desahogarme pero no puedo porque quiero ser fuerte cuando en realidad soy una pluma. No dejo de sorprenderme de lo susceptible que soy ante una pequeña crítica o comentario.
No hay comentarios:
Publicar un comentario