Primer entrada del año.
Primera sensación con la que comencé este tan lleno de metas dosmildoce, soledad. Fuera del hecho de que a las 2:00 am ya me encontraba en mi cama escuchando los gritos de las personas totalmente ebrias (chispa de envidia) por la calle –no me termino de acostumbrar a los ruidos de afuera- .Sino porque, como siempre en mi vida, me callo tarde la ficha.

Note en mí lo dependiente que soy de algunas personas, de una persona en particular. De lo desesperada que estoy cuando algún pilar de mi vida se desacomoda un poquito, nada trágico. De lo fácil que me acostumbro a las cosas buenas, a los buenos momentos. Y principalmente que en mi cabeza tapo las cosas serias por sonrisas y besos como si tuvieran de algún modo un uso medicinal. Anestésico.
Hoy miro a mi alrededor totalmente desconcertada de lo que pueda pasar, con una dosis de miedo al destino. Sí, porque en realidad eso es lo que siempre me dio vueltas.”Que la vida me sorprenda” no es una frase típica de mi y aunque no tenga mucho que ver con la sensación de soledad que empecé describiendo al principio es otra de las tantas cosas que me generan esa incertidumbre tan fácil de disimular a veces y, en noches de insomnio, tan comunes –mas si son las 00.00 y no tengo internet, ni novio, ni planes para esa noche de verano llena de ruidos de calle-.
"Mi cerebro es un hervidero, pero cuando me pongo nerviosa las ideas se me suceden como en un vertiginoso ballet. " E. SabatoSi , otra vez leyendo 'El túnel' y dispuesta a dejar toda mi vagancia de lado por terminarlo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario